En un anuncio sin precedentes, el presidente Gustavo Petro afirmó que los campesinos cocaleros del Catatumbo recibirán títulos de propiedad sobre la tierra en la que han trabajado por años, con la condición de sembrar árboles en lugar de coca. Según Petro, el litoral Pacífico y el Catatumbo han sido históricamente zonas de selva que fueron desmontadas por los campesinos, quienes al no poseer títulos de propiedad, quedaron a merced de la persecución legal.
El modelo de formalización busca acabar con el círculo de criminalización de los campesinos, dándoles acceso a la legalidad y promoviendo una alternativa productiva sostenible. Sin embargo, la pregunta clave es si este plan contará con el acompañamiento estatal necesario para garantizar su éxito. La entrega de títulos debe ir de la mano de inversión en infraestructura, acceso a mercados y apoyo técnico para la diversificación de cultivos.
¿Será esta la solución definitiva para el conflicto agrario en el Catatumbo o un experimento con riesgos desconocidos? El tiempo y la voluntad política determinarán si este modelo innovador logra transformar una de las regiones más golpeadas por el narcotráfico y la violencia en Colombia.
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