Laura Sarabia y el reto en la ONU: ¿Logrará el consenso para desclasificar la hoja de coca?

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Laura Sarabia: ¿Será capaz de lograr un cambio en la ONU sobre la hoja de coca?

La canciller colombiana, Laura Sarabia, ha dado un paso audaz al solicitar ante la ONU que la hoja de coca sea retirada de la lista de sustancias más dañinas. Su argumento es claro: la hoja, en su estado natural, no es cocaína y tiene un valor cultural, medicinal e industrial que ha sido injustamente estigmatizado. Sin embargo, transformar esta visión en una realidad diplomática será un desafío titánico.

Para lograrlo, Sarabia debe enfrentar dos grandes obstáculos. El primero es la resistencia de potencias como Estados Unidos y la Unión Europea, que han liderado la guerra contra las drogas bajo la premisa de erradicar cualquier vínculo con la coca. Aunque algunos sectores en estos países han comenzado a cuestionar la efectividad de estas políticas, sigue existiendo un fuerte bloqueo a cualquier flexibilización.

El segundo reto es la estructura misma de la ONU. La Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes tiene 186 países firmantes, y modificar la clasificación de una sustancia requiere el respaldo de al menos la mitad de ellos. Esto implica una labor diplomática meticulosa, donde Colombia debe conseguir apoyo en América Latina, África y Asia para equilibrar el peso de los países que tradicionalmente han impuesto las reglas en la lucha contra las drogas.

Sarabia tiene un camino difícil, pero no imposible. Países como Bolivia y Perú han logrado avances en la defensa del uso tradicional de la hoja de coca. Si Colombia lidera una estrategia bien articulada, respaldada en evidencia científica y con el apoyo de organizaciones internacionales, podría empezar a cambiar la narrativa global.

La pregunta sigue abierta: ¿será capaz Laura Sarabia de construir el consenso necesario para que la ONU reconsidere la hoja de coca? La respuesta dependerá de su habilidad política y de la voluntad de un mundo que, aunque lentamente, comienza a aceptar que la guerra contra las drogas necesita una reforma urgente.

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